LA FILOSOFIA COMO CIENCIA
  todo el ser
 

 

teoria de la filosofia  

FILOSOFÍA Y CIENCIA El trabajo que presentamos pretende, cuando más, hacer un esbozo de la relación existente entre la filosofía y la ciencia; así como la presentación de dos teorías de aprendizaje: la empírica y la ecléctica.

La filosofía del siglo XVII busca aproximarse más a
la ciencia, estableciéndose la polémica entre racionalismo y empirismo, y encuentra los nuevos métodos que permitieron a los pensadores una poderosa creatividad.

  1. Para los empiristas, a partir de la experiencia el ser humano va acumulando conocimientos; plantea que el individuo cuando niño empieza por tener percepciones concretas y es sobre la base de estas percepciones que forma luego sus representaciones generales y conceptos.

    Es a partir de la experiencia que, Carl Rogers plantea, se da el aprendizaje significativo en el estudiante. Señala que el aprendizaje se da cuando lo estudiado es relevante en los intereses personales del estudiante. El individuo tiende a la autorrealización. Formula la "teoría del aprendizaje empírico".

    Lo que identifica a la ciencia como tal es una actitud frente a la cosas y a la vida que exige una metodología estricta. Tiene que ver con la búsqueda de la verdad y con lo que ella, con fidelidad absoluta, nos exige.

    La ciencia, en realidad, es por definición una búsqueda desinteresada, afanosa de la verdad y como tal es desde sus orígenes "ecléctica".

    Al hablar de teoría del aprendizaje ecléctico, Robert Gagné aprovecha otras teorías psicológicas para elaborar una compleja combinación de elementos construyendo a partir de ellos una nueva y atractiva formulación teórica, conocida como "el procesamiento de la información".

    Podemos señalar sin temor a equívocos que la relación entre la filosofía y la ciencia debe existir, filosofía y ciencia deben relacionarse y reconocerse mutuamente. Tienen funciones distintas y a veces antagónicas, pero también complementarias.

    Así mismo, que las Teorías de Aprendizaje si bien ya están formuladas, deben ir actualizándose a medida que la ciencia avanza y no perder de vista el hombre que buscan formar.

2. 1. Origen de la Filosofía

La historia de la Filosofía tiene sus comienzos hace dos mil quinientos años. Durante largo tiempo la Filosofía fue concebida como la teoría del pensamiento, la ciencia del pensar. Sin embargo, su rasgo básico fue la especulación.

La voz "filosofía" es una voz doble, compuesta de otras dos voces de origen griego (philein, amar, aspirar y sophia, sabiduría). Es decir, "filosofía" significa "amor a la sabiduría" o , para ser más exactos, "aspiración a la obtención de la sabiduría.

Históricamente, la Filosofía ha tenido muchos sentidos, según las particulares inclinaciones de los filósofos. En la Edad Media, la Filosofía estuvo subordinada a la teología y se orientó sobretodo a la reflexión sobre las cosas de la naturaleza y de la vida humana, confundiéndose con lo que más tarde serían las ciencias naturales.

En nuestra época, la Filosofía ha perdido parcelas de conocimiento a medida que la ciencia ha tomado cuerpo y se ha desarrollado en numerosas especialidades. Pero aún así siempre queda, y quizás quedará, un margen para especular y razonar sobre el sentido de la vida y del universo; y es en ese margen en que el pensamiento filosófico seguirá vigente.

2.2. La formulación científica

En sus orígenes la ciencia y la filosofía constituían una sola cosa. Sólo la Filosofía abarcaba todo el saber y todo el contenido de lo que hoy llamamos ciencia.

La ciencia se dividía en el saber sobre el ser en cuanto tal y en géneros particulares del ser. Pero lo que movía al hombre a estudiar era el deseo de saber, de saber cómo son las cosas. La primera manera de saber es a través de la experiencia, pero el deseo de saber no se detiene allí, ya que el hombre pretende saber y conocer la esencia de las cosas, de por qué se desenvuelven de una manera y no de otra.

La filosofía nació a raíz de un querer saber de este tipo, para conocer al mundo según la necesidad, su totalidad, su esencia.

Considerar a la ciencia como un saber no filosófico es un resultado de mucho tiempo, la ciencia moderna que hoy conocemos surgió entre los S. XVI y S. XVII separándose de la filosofía; y un rasgo del pensamiento moderno fue la intención de aproximar la filosofía y la ciencia.

Fue en esta época de la historia cuando comenzaron a estructurase las ciencias naturales, entendidas como un sistema de conocimientos rigurosamente clasificado y verificado. El pensamiento moderno acabó convirtiendo a la filosofía en colaboradora de la ciencia. A partir de aquí fue frecuente que una misma persona reuniera la doble condición de científico y filósofo.

Galileo y Newton son grandes ejemplos de este cambio, que alcanzó hasta la época contemporánea, como lo demuestra Bertrand Russell. Así se tiene que los dos factores más importantes de la ciencia moderna, fueron también dos de los temas filosóficos más apasionadamente discutidos, dando lugar inclusive a dos escuelas filosóficas de la Edad Moderna: el racionalismo, que se fundó en los aspectos lógico-racionales del conocimiento, y el empirismo, que afirmó la validez absoluta de la experiencia en el ámbito del conocimiento científico-filosófico.

Filosofía y ciencia no solo no se oponen, sino que se encuentran como dos extremos, como en dos polos entre los que se desarrolla todo el pensamiento racional de la humanidad.

¿Qué clase de conocimiento es la ciencia?

Aquél que se encuentra lo más pegado a los hechos empíricos, aquellos enunciados que están más cerca de los hechos empíricos, que pueden verificarse a través de la observación y de la experimentación, esos enunciados se tienen por científicos; cuanto más analíticos, más especializados, más pegados a los hechos, más científicos.

Mientras que en la línea opuesta a lo empírico, en la línea de una mayor teoría o de una teoría de mayor alcance, más universal o menos particular, conforme va hacia interpretaciones más globales, hacia cuestionamientos teóricos de mayor alcance de los principios que regulan un mismo conocimiento; en esa línea se camina hacia planteamientos más filosóficos.

 

2. 3. El papel de la filosofía con respecto a la ciencia

A. Función de fundamentación

La filosofía - en relación con la ciencia - juega un papel de fundamentación, en primer término. La filosofía analiza, escruta los fundamentos mismos y los supuestos con los que trabaja la ciencia, y da pensamiento a las distintas formas de epistemología: el intento de fundamentar la ciencia, nos dice cuando el discurso científico es coherente o no, cuando se está  mejor orientado, cuales son las bases sólidas para la ejecución de la ciencia.

B. Función de totalización

El segundo papel que le cabe a la filosofía es una función totalizadora, una función de totalización. Es decir, dado que la ciencia avanza en el sentido de una especialización creciente, lo que supone una fragmentación creciente del saber, esa línea analítica se compensa tratando de recomponer los fragmentos; tratando de hacer síntesis del estado en que se encuentran los conocimientos, o bien, del conjunto del saber.

La totalización que puede y debe hacer la filosofía en relación a la base de los conocimientos es siempre provisional; de algún modo provisional en cuanto que la ciencia tampoco agota nunca su propia investigación. Entonces, esta labor es estar permanentemente totalizando, incorporando nuevas hipótesis, nuevas teorías, y desde ahí revisando una visión del mundo, revisando los mismos presupuestos del conocimiento humano en la medida que abarca el conocimiento intuitivo, el conocimiento de algunas ciencias humanas, también de las ciencias del conocimiento.

2. 4. Necesidad mutua entre ciencia y filosofía

La filosofía actúa como distancia crítica, de algún modo innovadora. Reconduce las perspectivas bilaterales de la investigación. Reorganiza las piezas fundamentales, pudiendo arrojar alguna luz. En ese sentido la filosofía es siempre necesaria, imprescindible para la ciencia.

En la medida en que el científico se eleva por un lado a analizar los supuestos teóricos en los que se está  moviendo, y por otro lado a querer integrar su propia investigación en la unidad del saber, acaba haciendo filosofía aunque no se dé cuenta, aunque haya partido del  ámbito de una ciencia determinada.

Visto desde la otra parte, el filósofo necesita de la ciencia y la contrastación, de algún modo de saber si sus hipótesis, sus totalizaciones, tienen algún grado de validez. Si no, sólo tienen una coherencia interna; si no, se trata de una racionalización.

La racionalización tiene la apariencia de la racionalidad; pero excluye, rechaza hechos, no resiste la contrastación con todos los hechos que se tienen a la mano. Tiene sólo una coherencia interna pero no una correspondencia con los hechos. Tiene sólo la fachada de la racionalidad.

Las teorías científicas que han sido superadas, abandonadas, fueron teorías que expresaban una racionalidad en un momento determinado y en un momento ulterior no representaron ya la racionalidad del conocimiento del mundo. Por ejemplo la teoría newtoniana de la ley de gravitación universal confrontada con los conocimientos actuales del universo no es ya una expresión de la racionalidad de la ciencia. Hoy día, si mantuviese alguien esa teoría estaría manteniendo una racionalización que excluye cantidad de fenómenos que se han detectado después.

Ninguna teoría tiene un estatuto definitivo y un desarrollo acabado.

El conocimiento del mundo físico sólo se extrae del trabajo de las ciencias físicas y naturales; y del desarrollo de las ciencias matemáticas aplicado a la comparación de teoremas, y mediante la utilización de técnicas e instrumentos sofisticados, mediante el diseño de experimentos que traten de alguna manera de fijar las hipótesis.

Los contenidos del conocimiento, los contenidos empíricos, sólo nos llegan a través de las ciencias positivas, que necesitan de la filosofía para entramar esos conocimientos en tanto totalización, y para discutir hasta qué punto alcanzan esos conocimientos un grado de objetividad. Así que se necesitan mutuamente.

En el orden de la fundamentación, la filosofía tendría la preeminencia; en el orden de la verificación empírica, las ciencias tienen la preeminencia.

Colocadas ya filosofía y ciencia en el mismo plano, una insiste en el aspecto empírico, otra en el aspecto teórico y de totalización del saber.

Desde el comienzo de los tiempos modernos, siglos XVI y XVII, los filósofos europeos se han movido dentro del paradigma de la racionalidad. Algunos pretendidos postmodernos lo que quieren precisamente es transcender el paradigma de la razón que es el paradigma dominante en toda la modernidad, la razón y el sujeto de la razón.

La subjetividad desde el yo cartesiano, desde el "ego cogito ergo sum", que se ponía como la fuente indudable de toda certeza, la fuente de todo conocimiento porque a ese yo, a ese sujeto, le correspondían las ideas innatas.

De ahí se da un salto al siglo XVIII, a Kant, cuya obra no es más que una crítica de las estructuras de la subjetividad. La crítica de la razón pura, la razón es la esencia misma de la subjetividad. Se trata de decirnos cuál es el sistema de categorías que constituye la razón humana; es decir, la subjetividad humana.

Hegel también quiere desentrañar los secretos de la razón, el secreto último, la implicación última y todo lo demás. En esta historia, la razón y la racionalidad que trata de fundarse a sí misma, todo el pensamiento moderno no es más que un intento de la autofundamentación de la razón, de la autosuficiencia de la razón, de la autonomía de la razón.

Es el desarrollo del proyecto cartesiano, de alguna manera, combinado a partir de la misma época con el empirismo, es decir, hay una lucha entre empirismo y racionalismo; que en el siglo XVIII se llamaban respectivamente materialismo e idealismo y que llega prácticamente hasta nuestros días con otras variantes. En la ciencia triunfan el empirismo y el materialismo, y la filosofía se queda más bien con la herencia del idealismo.

III. EL EMPIRISMO

3.1. Características

Se conoce como empirismo la doctrina filosófica que se desarrolla en Gran Bretaña en parte del siglo XVII y el siglo XVIII, contraponiéndose a la corriente continental europea del racionalismo, y que considera la experiencia como la única fuente válida de conocimiento. Sólo el conocimiento sensible nos pone en contacto con la realidad. Teniendo en cuenta esta característica, los empiristas toman las ciencias naturales como el tipo ideal de ciencia, ya que se basa en hechos observables.

El empirismo supone una crítica a los racionalistas bajo el supuesto que la razón tiene carácter ilimitado, e incluso el propio proceso irracional puede producir cualquier tipo de conclusión. La razón por sí misma no tiene fundamento y funciona a partir de supuestos. Por tanto, sólo se consideran válidos los conocimientos adquiridos mediante la experiencia.

Los principales representantes de esta corriente filosófica son: Bacon, Hobbes, Newton, Locke, Berkelery y Hume. De ellos, Bacon y Newton trabajaron preferentemente en el campo de las ciencias naturales.

Los empiristas entienden por ideas todo aquello que es objeto de conocimiento; Locke incluirá las percepciones, mientras que Hume no. Tanto Locke como Hume admiten un subjetivismo del conocimiento y sostienen que no conocemos realmente la realidad, sólo las ideas sobre ésta.

Locke sostiene, contra la teoría de las ideas innatas de Descartes, que todos nuestros conocimientos tienen su origen en nuestra experiencia, tanto externa (a través de los sentidos), como interna (a través de la razón); para él, al nacer, nuestra mente es como una hoja en blanco que se irá llenando con nuestra experiencia.

3. 2. Breve reseña histórica

 

  • Francis Bacon (1561 -1626). Nació en Londres, estudió derecho en la universidad de Cambridge, fue diputado en el Parlamento, llegó a ser lord canciller y ostentó el título honorífico de barón de Verulam.

     

Fue el introductor del empirismo y del método inductivo, a través del Novum Organum; en esta obra realiza una defensa de la lógica inductiva y una crítica de la lógica deductiva aristotélica.

Señala que con la demostración deductiva no se aumenta el conocimiento

de la premisa mayor o conocimiento adquirido; en cambio, el método inductivo pasa de la observación de un conjunto de hechos individuales analizados mediante el proceso de la abstracción, proporcionando a las cosas sus conceptos y precisando las leyes que le son propias.

La certeza obtenida con la inducción baconiana no puede tener la pretensión de ser absoluta, pero es suficiente para garantizar la continuidad de la evolución progresiva de la ciencia.

 

  • Thomas Hobbes (1588 - 1679). Nació en Malmesbury (Gran Bretaña), en Oxford recibió la enseñanza tradicional, basada en la filosofía aristotélica y la escolástica. Fue colaborador de Francis Bacon como ayudante de redacción y conoció a Galileo y Descartes.

     

Hobbes surge como fundador de la concepción absolutista, totalitaria del Estado, al que denominó Leviatán. Según Hobbes, lo bueno para el hombre es todo aquello que le resulta útil y agradable.

 

  • Isacc Newton (1642 - 1727). Nació en el condado de Lincoln y estudió en Cambridge, donde trabajó como profesor y alcanzó celebridad como matemático, físico y astrónomo. Se le considera, con Galileo, el padre de la física mecánica y fue, con Leibniz, el descubridor del cálculo infinitesimal y de varios postulados algebraicos.

     

El método newtoniano fue inductivo y matemático; así, partiendo de la minuciosa observación de los hechos extrajo leyes, luego modificadas cuando los datos obtenidos por la experiencia demostraban su inexactitud. Newton rechazó abiertamente cualquier tipo de elaboración metafísica y deductiva que no se fundamentara en la verificación experimental del fenómeno.

La filosofía newtoniana es absolutamente empírica, conducida por vías matemáticas y lógicas basadas en proposiciones inducidas de los fenómenos.

 

  • John Locke (1630-1704). Cursó estudios de teología, química y medicina en Oxford. Allí entró en contacto con la doctrina escolástica y la teoría de Descartes. Es la formulación clásica del empirismo inglés.

     

Parte del principio de que todo conocimiento, incluso el abstracto es adquirido, y proviene de las sensaciones, de la experiencia (empirismo), rechazando las ideas innatas. Dice que el espíritu es una tabula rasa (tabla rasa), y que luego las sensaciones irán aportando las ideas simples y concretas y más tarde las complejas y abstractas; es la experiencia la que origina el conocimiento.

Señala, entonces, que el objeto de conocimiento son las ideas, definidas como contenido del entendimiento y sin ningún carácter ontológico, ya que son el resultado directo de la sensación o la reflexión (ideas simples), o el resultado de la actividad asociativa de la inteligencia humana (ideas compuestas). No representa un empirismo radical y acepta el conocimiento por demostración, no fundamentado en la experiencia, (como la demostración de la existencia de Dios por el argumento cosmológico o teleológico), y la validez de conceptos originados por el sujeto (como los matemáticos o geométricos).

 

  • George Berkeley (1685 - 1753). Fue un clérigo inglés que continuó las especulaciones de Locke sobre la teoría del conocimiento. Sin embargo, su planteamiento fue mucho más radical y las consecuencias de su extremismo se resumen en dos ideas centrales: es imposible forjar ideas abstractas y la existencia objetiva de la materia es una mera ilusión.

     

Para Berkeley las dificultades del conocimiento no se deben a una imperfección de las facultades humanas, sino al mal uso que se hace de ellas. Siendo la elaboración de ideas abstractas el principal de estos malos usos.

En síntesis para Berkeley no hay ideas abstractas. Es decir, todas las ideas son particulares o concretas, y provienen de los sentidos externos, de los sentidos internos y de la creación imaginativo - fantasiosa; y todas ellas residen en un lugar que él llama mente, espíritu, alma o yo. Todo lo que existe es percibido como idea dentro de una mente. La materia no existe, o no se sabe si existe.

 

  • David Hume (1711-1776). Estudió en un primer momento Derecho, pero pronto se dedicó a la Filosofía. Su filosofía proviene a la vez del empirismo de Locke y del idealismo de Berkeley. Trata de reducir los principios racionales (entre otros la casualidad) a asociaciones de ideas que el hábito y la repetición van reforzando progresivamente; hasta llegar, algunas de ellas, a adquirir una aparente necesidad.

     

Señala que las leyes científicas sólo son para los casos en que la experiencia ha probado su certeza. No tienen, pues, carácter universal, ni es posible la previsibilidad a partir de ellas. La sustancia, material o espiritual no existe. Los cuerpos no son más que grupos de sensaciones; el yo no es sino una colección de estados de conciencia. Esto es el fenomenismo.

Hume es precursor del positivismo; se puede decir que la intención y los objetivos de Hume son los mismo impulsos que más tarde movieron a Kant.

 

  • Emanuel Kant (1724-1804). Fue un filosofo alemán; formado en el racionalismo, comienza a dudar del valor de la razón al leer a Hume, planteándose el problema del valor y los límites de ésta.

     

La filosofía kantiana supone una síntesis del racionalismo y del empirismo, cerrando una época filosófica muy importante. Kant procede a un estudio de cómo es posible la construcción de la ciencia, llevando a cabo una reflexión sobre el problema de las relaciones de la razón con la realidad, que en ella aparecen vinculadas.

Kant distinguió 2 grandes facultades dentro del conocimiento humano:

 

  • La sensibilidad. Es pasiva, se limita simplemente a recibir una serie de impresiones sensibles, que Locke había llamado ideas de sensación y Hume impresiones.

     

     

  • El entendimiento. Es activo, tiene una espontaneidad.

     

El entendimiento puede generar, según Kant, 2 tipos de ideas o conceptos:

 

  • Conceptos puros o categorías: ideas o conceptos independientes de la experiencia. Se pueden distinguir 12.

     

     

  • Conceptos empíricos: ideas obtenidas a partir de la experiencia.

     

Kant analiza el conocimiento humano a través de juicios, que consisten en la unificación de múltiples impresiones sensibles que pasivamente hemos percibido mediante los conceptos; en esta unificación empleamos las categorías, carentes de contenido. Es en el juicio donde está la falsedad o verdad de nuestro conocimiento, ya que las impresiones aisladas son siempre verdaderas.

Admite que existen categorías o conceptos que no provienen de la experiencia, pero a la vez sostiene que la aplicación de estos conceptos a la realidad nunca podrá ir más allá de la experiencia sensible. Constituye, como habíamos dicho, una síntesis entre racionalismo y empirismo.

En el empirismo moderno, para que pueda calificarse válidamente de empírica una proposición, se requiere que sea accesible, por lo menos en principio, a la comprobación experimental.

3.3. EL EMPIRISMO LÓGICO

Fue propuesto por los miembros del llamado Círculo de Viena tras la primera Guerra Mundial, entre los que podemos destacar a Rudolf Carnap.

Se puede esbozar diciendo que postularon que existía un único y universal método científico, en el que la experimentación y la observación objetivas son las únicas herramientas que permiten conocer las propiedades del mundo real y las leyes que lo rigen. En este proceso las observaciones se expresan primero en un lenguaje descriptivo, debiendo ser luego traducidas a un lenguaje lógico-matemático. Según ellos, el hecho de que este lenguaje lógico-matemático fuera único y coherente, aseguraba la unificación de todas las ciencias en una sola.

De esta forma de entender la producción de ciencia surge precisamente el nombre que se le dio a esta corriente epistemológica: empirismo por situar el origen de la verdad científica en la observación empírica y, lógico por aseverar que la verdad científica debe quedar expresada en un lenguaje formal y coherente.

Desde este enfoque epistemológico, un modelo será considerado como válido cuando tenga su génesis en la observación del sistema real a modelar y consigamos inducir una estructura lógico-matemática consistente con ella.

El concepto de ciencia propuesto por el empirismo lógico fue criticado en sus diferentes aspectos por posteriores corrientes epistemológicas, siendo la importancia que tenía la inducción en el método científico una de sus facetas más cuestionadas.

Esta crítica a la inducción, entendida como la generalización a partir de unos cuantos casos observados, señala que no es posible considerar una ley como científica basándose sólo en que sus predicciones se comprueban experimentalmente, dado que cabe la posibilidad de que futuros experimentos contradigan lo deducido de la ley o que otras hipótesis diferentes a la ley admitida también puedan ser contrastadas afirmativamente con los hechos. De esta forma surge la teoría de la refutación de Karl Popper.

3.4. TEORÍA EMPÍRICA DE LA EDUCACIÓN

La teoría de la educación es la justificación teórica de las actividades prácticas del proceso educativo.

Las teorías educativas no son explicativas, sino prácticas. Tratan de aproximarse cada vez más, a las científicas, porque además de fundarse en presupuestos filosóficos aprovechan las investigaciones de la Psicología, Sociología y Biología aplicables a temas educacionales.

La teoría empírica de la educación se apoya en la Psicología, que ha dado origen a varios paradigmas o modelos científicos. Todas las teorías educacionales anteriores a 1879, año en que se inicia la Psicología como ciencia, con William Wundt; atendían a los hechos prácticos, mientras que la teoría carecía de validez y significación.

Los componentes empíricos de las teorías educacionales, al decir de John O’ Connor (1914 - ), son de dos tipos diferentes; pero con el nacimiento de la Psicología científica cambia el enfoque y es la experimentación y no la práctica la que inspira la teoría. La relación entre teoría y práctica es recíproca, así, la teoría rige la práctica y la práctica corrige a la teoría.

Se podría decir que la teoría empírica de la educación sería admisible, como tal, cuando pudiera verificarse experimentalmente.

IV TEORÍA DEL APRENDIZAJE

4.1. Concepto

El término "teoría", del griego visión de un espectáculo, especulación; significa un sistema construido por el pensamiento, con el que se relacionan entre sí cosas en un sistema de principios y consecuencias, antecedentes y consecuencias exento de contradicciones. Las teorías constituyen la trama interna de una ciencia. Se opone a la empiría, la práctica; al conocimiento práctico que puede ser empírico.

La teoría proviene de hipótesis, comprobadas total o parcialmente y no de opiniones personales, subjetivas. Para que una teoría sea útil, deberá modificarse con el progreso de la ciencia, permaneciendo constantemente sometida a crítica de nuevos hechos y de nuevas relaciones comprobadas. En este sentido es que se habla de teorías del aprendizaje, como explicaciones generales que disciplinen el pensamiento, tanto para la comprensión teórica como para la aplicación.

4.2. Requisitos

Para una adecuada teoría del aprendizaje se considera lo siguiente:

1. debe ser realista, para ayudar al docente a tomar conciencia de lo que ocurre en su clase;

2. no debe cegar al profesor ante la realidad;

3. debe encarar las situaciones de aprendizaje como un todo;

4. es necesario que destaque las condiciones de aprendizaje: a) madurez, b) prontitud, c) motivación;

5. debe tener características dinámicas : a) todo comportamiento tiene una causa, b) todo comportamiento tiene objetivos, c) las causas y objetivos son múltiples, d) el comportamiento es proceso continuo y envuelve a todo el organismo.

V TEORÍA DEL APRENDIZAJE EMPÍRICO

5.1. Características

La teoría del aprendizaje empírico es planteada por Carl Rogers, norteamericano, creador de la psicoterapia centrada en el cliente. Con esta designación, se proponía subrayar el hecho de que se centraba en el mundo fenomenológico del paciente. Según su concepción del desarrollo de las neurosis, el hombre busca experiencias agradables a través de una tendencia a la autorrealización y un proceso de valoración que él considera innatos. El conflicto surge porque la necesidad de apreciación positiva puede entrar en conflicto con la tendencia de autorrealización.

Carl Rogers nació en Chicago en 1902 en una familia patriarcal y religiosa, rigurosa moralmente, intransigente y trabajadora. Fue alumno del "Union Theological Seminary", aunque lo abandonó pues no deseaba verse forzado a aceptar determinadas creencias y a limitar su libertad. En la Universidad de Columbia se comenzó a interesar por la psicoterapia y la educación. De 1945 a 1957 enseñó Psicología en la Universidad de Chicago, luego en la de Wisconsin y más tarde en el "Western Behavioral Science Institute", de California. Entre 1938 y 1950 concibió la psicoterapia no directiva o terapéutica centrada en el cliente.

Su terapia es un procedimiento elaborado para el tratamiento de malas adaptaciones psíquicas en niños y adultos. El terapeuta, con su actitud frente al paciente, procura crear una atmósfera en la que pueda resolver el paciente sus problemas por sí mismo. El terapeuta no formula preguntas ni da consejos. Deja al paciente en completa libertad para expresar lo que desea. En el curso del tratamiento procura corregir las falsas ideas que aquél hubiese adquirido.

Si bien Carl Rogers ha sido un psicoterapeuta, realizó un paralelismo entre la educación y la psicoterapia. La incomunicabilidad entre las personas es el principio antropológico explicativo de su terapia, siendo el propio cliente quien ha de producir su propia curación.

La difusión de las ideas de Rogers entre los teóricos de la educación ha creado un clima propicio para centrar la acción educativa en el educando, con el propósito de adueñarse de sí mismo, crear actitudes positivas, integrarse mejor en todas sus esferas y estratos, conseguir mayor tolerancia ante las situaciones desagradables y frustrantes, y lograr una mejor adaptación general.

5.2. Fundamentación

En su psicoterapia centrada en el cliente, Rogers señala que: la relación terapéutica se caracteriza por el respeto profesado al cliente; por la empatía, que hace participar a ambos de los mismos sentimientos; por la centración en el cliente; por la provocación de un desarrollo autodirectivo, calificado de crecimiento; por la congruencia o autenticidad, es decir, por la equivalencia de la expresión exterior y lo interiormente vivenciado; por la comprensión, tolerancia y aceptación del cliente, tal cual es.

Aplicando esta teoría psicoterapéutica a la educación, Rogers distingue dos clases de aprendizaje: el memorístico y el vivencial o significativo. El primero sería el de la educación tradicional, el cognitivo o vacío; el segundo es el verdadero aprendizaje, el empírico o importante, que lo define así:

"...Si bien aún me desagrada ajustar mi pensamiento y abandonar viejos esquemas de percepción y conceptualización, en un nivel más profundo he logrado admitir, con bastante éxito, que estas dolorosas reorganizaciones constituyen lo que se conoce como aprendizaje."

5.3. Principios

Rogers presenta la llamada enseñanza centrada en el estudiante como fruto de sus experiencias como profesor de terapia, y que obedece a los mismos principios de su terapia centrada en el cliente. La enseñanza centrada en el estudiante está sujeta a una serie de hipótesis y principios:

 

no se puede enseñar directamente a otra persona; sólo se le puede facilitar el aprendizaje; el estudiante es quien aprende; el estudiante puede tener dificultades; el estudiante, sin embargo, puede recibir ayuda.La consecución de estos mecanismos y dinamismos psicológicos son personalización, porque son parte de los procesos de individuación o de diferenciación.

Al hablar de aprendizaje se debe entender, al decir de Rogers, que el maestro es como el psicoterapeuta, un facilitador; un facilitador del aprendizaje; ya que dada la incomunicabilidad de saberes, no puede aspirar a otra cosa. Y plantea ciertas afirmaciones sobre el aprendizaje:

los seres humanos tienen en sí mismos la capacidad natural de aprender;

 cuando el estudiante advierte que su objetivo tiene relación con sus proyectos personales, se produce el aprendizaje significativo;

 los aprendizajes amenazadores del yo se realizan cuando las amenazas exteriores son mínimas;

 en la acción se aprende mucho y con provecho;

si el estudiante se responsabiliza en el método de aprendizaje, aprende mejor;

la enseñanza que compromete a toda la persona es la que penetra más profundamente y se retiene más tiempo;la autoevalución y la autocrítica son fundamentales.

Lo resaltante de esta teoría que debemos señalar, es la importancia de la libertad, como condicionamiento de la educación y del aprendizaje; puesto que la psicoterapia de Rogers ha sido calificada de psicoterapia de la libertad y su concepto de la educación se explica por la libertad.

Son conclusiones de ella las siguientes:

 el aprendizaje ha de ser significativo o vivencial;

Rogers se preocupa más de la formación de la persona que de la inteligencia;

 prefiere las técnicas que facilitan el aprendizaje y la educación;

 el profesor ha de procurar facilitar el aprendizaje;

la espontaneidad, siempre cambiante, está presente siempre en toda formación y en la evolución de la persona.

 
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