LA FILOSOFIA COMO CIENCIA
  teismo
 

Teísmo

 

El término teísmo (que empieza a utilizarse ampliamente a finales del siglo XVII como término contrapuesto a deísmo) es una doctrina teológica (no propiamente religiosa) que reconoce la existencia de un Dios trascendente, personal, único y supremo, que puede intervenir en el gobierno del Mundo.

¿Qué es el Teísmo Abierto?




Pregunta: "¿Qué es el Teísmo Abierto?"

Respuesta:
El “Teísmo Abierto”, también conocido como “apertura teológica” y la “apertura de Dios”, es un intento por explicar la presciencia de Dios en relación al libre albedrío del hombre. El argumento del teísmo abierto esencialmente es éste: (1) Los seres humanos son verdaderamente libres. (2) Si Dios conociera absolutamente todo el futuro, lo seres humanos no podrían ser realmente libres; (3) por lo tanto, Dios no sabe absolutamente todo sobre el futuro. El Teísmo Abierto sostiene que el futuro es desconocido. Por lo tanto, Dios conoce todo lo que puede ser conocido – pero Él desconoce el futuro.

El Teísmo Abierto basa estas creencias en partes de la Escritura donde se describe a Dios como “arrepintiéndose”, o “sorprendiéndose” o “cambiando de parecer” (Génesis 6:6; 22:12; Éxodo 32:14; Jonás 3:10) A la luz de muchas otras Escrituras que declaran el preconocimiento de Dios del futuro, esas declaraciones deben ser entendidas como descripciones que Dios hace de Sí Mismo, de maneras que puedan ser entendidas por nosotros. Dios sabe qué acciones y decisiones tomaremos, pero Él “cambia de parecer” respecto a Sus acciones, basándose en las nuestras. El que Dios se “sorprenda” y se decepcione ante la maldad de la humanidad, no significa que Él desconociera lo que iba a ocurrir.

En contradicción al Teísmo Abierto, el Salmo 139, versos del 4 al 16 dice que, “Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, Tú la sabes toda…. Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” ¿Cómo pudo Dios predecir en el Antiguo Testamento los intrincados detalles acerca de Jesucristo, si Él no conociera el futuro? ¿Cómo pudo Dios de alguna manera garantizar nuestra eterna salvación, si Él no supiera lo que sucedería en el futuro?

Por último, el Teísmo Abierto falla en que trata de explicar lo inexplicable – la relación entre la presciencia de Dios y el libre albedrío del hombre. Al igual que fallan las formas extremas del Calvinismo, en donde hacen de los seres humanos solo robots pre-programados, así en el Teísmo Abierto falla al rechazar la verdad de la omnisciencia de Dios. Dios debe ser comprendido a través de la fe, porque “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6a). Por lo tanto el concepto del Teísmo Abierto no es escrituralmente aceptable Es simplemente otra manera en que el hombre finito trata de entender a un Dios infinito con una mente infinita. Es como tratar de beberse el océano entero El Teísmo Abierto debe ser rechazado por los seguidores de Cristo. Por lo tanto, el Teísmo Abierto es una explicación para la relación entre la presciencia de Dios y el libre albedrío del hombre – y su explicación no es bíblica.
creencia religiosa en un ser supremo, fuente y sustento del universo y que es al mismo tiempo diferente de éste. Esta creencia se opone al
ateísmo. En la actualidad, el teísmo se entiende como la doctrina del Dios único, supremo, personal, en quien 'vivimos, nos movemos y existimos' (He. 17,28). El teísmo se distingue del politeísmo, que reconoce la existencia de más de un dios; del panteísmo, que niega la personalidad divina e identifica a Dios con el universo; del agnosticismo, que niega la posibilidad del conocimiento de Dios y se reserva juicios sobre su existencia, y del deísmo, que aunque por su sentido etimológico equivale a teísmo, se define generalmente reconociendo la existencia de Dios aunque negando su providencia y presencia activa en la vida del mundo.

De Enciclopedia Symploké, la enciclopedia libre. 


TEÍSMO
VocTEO
 

Este término designa toda concepción filosófica que admite la existencia de un absoluto personal Y trascendente (Dios), oponiéndose por tanto no sólo al ateísmo (negación de Dios), al deísmo (afirmación de un Dios personal, pero alejado de la naturaleza y de la historia, y de la consiguiente imposibilidad del milagro), al panteísmo (identificación de Dios con el todo), sino más radicalmente todavía al nihilismo y a la proclamada muerte de Dios como acontecimiento de la época que caracteriza a la posmodernidad filosófico-teológica. La tarea de la superación del nihilismo, dada la actualidad y la hegemonía cultural asumida por esta perspectiva filosófica, tiene que ser asumida en nuestros días, a pesar de su dificultad, como un tema primordial de las filosofías teístas. Tradicionalmente el teísmo filosófico se compromete en la construcción de una teología filosófica, es decir, de un discurso sobre la existencia y sobre la esencia de Dios que contiene los argumentos (o las vías) que llevan a la razón humana a admitir esa realidad como principio y fundamento trascendente del universo y de la historia. La cristiandad filosófica medieval ha elaborado dos itinerarios fundamentales para la «teología racional" o «natural" El primero llega a la afirmación del absoluto trascendente a partir de la experiencia del cosmos como un todo limitado, relacionado con el infinito, cuyas huellas contiene. Este itinerario caracteriza, por ejemplo, al Monologion (exemplum meditandi de ratione fidei) de san Anselmo y a las famosas cinco vías de santo Tomás de Aquino, donde el pensar creyente adopta y transfigura las categorías aristotélicas incluyéndolas en una metafísica del éxodo de vigor excepcional. El segundo itinerario toma en consideración la presencia de la idea de lo absoluto (aquello de lo cual no se puede concebir algo mayor) en la mente humana y de ella saca intuitivamente la existencia de Dios. Se trata del llamado argumento ontológico, elaborado por san Anselmo en su Proslogion ( Fides quaerens intellectum).

La modernidad filosófica, antes de llegar al resultado kantiano que, negando la posibilidad del conocimiento de Dios por parte de la razón pura, relega dicho conocimiento al papel de postulado de la razón práctica, sufre de manera exagerada la fascinación del argumento anselmiano, como ha demostrado puntualmente D. Heinrich en su descripción de las vicisitudes del argumento ontológico en la modernidad. En Descartes -por ejemplo- gracias a la demostración a priori de la existencia de Dios, el teísmo se convierte en teocentrismo, dado el papel central y salvífico de la idea del absoluto que se da al «cogito» y que de otra manera permanecería encerrado en una fortaleza inaccesible desde fuera e infranqueable desde dentro.

En el pensamiento posmoderno el teísmo filosófico tiende a veces a conjugarse con el fideísmo, o sea, con la renuncia al ejercicio de la razón natural frente a lo Trascendente -pensemos en la fórmula del "teísmo existencial" o «existencialismo teísta» que tanto le gustaba a Stefanini-, cuya existencia se admite sin embargo gracias al don de la fe. Revive de esta forma la contraposición radical entre el Dios de los filósofos y el Dios de Jesucristo (o, si se quiere, de la Escritura), que recordaba el Memorial de Pascal, el cual, por otra parte, en el famoso fragmento sobre el infinito-nada, sugiere que es razonable apostar por Dios contra el absurdo de la opción opuesta. La asunción por parte de la teología de semejante actitud filosóficamente derrotista lleva consigo la recaída en el «positivismo teológico n y el consiguiente abandono de toda apologética, así como una acentuación de la actitud apofática, por la que de Dios más bien (o solamente) podemos decir lo que no es que lo que es.

 
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